—Hermana Tiantian, ¿qué debemos hacer? —preguntó Qi Xiaoyan con una expresión dolorida en su rostro. Había estado en dicha gozosa estos días debido a su compromiso, pero ahora este incidente había borrado eso.
—¿A quién espera tu padre que vaya a la universidad? —preguntó He Tiantian.
—Son solo algunos estudiantes de secundaria de la aldea. He estado seleccionando con algunos de los aldeanos —respondió Qi Xiaoyan con una sonrisa tímida, las acciones de su padre eran, después de todo, solo humanas, y como hija, no era correcto hablar mal de él.
—Con rumores como estos extendiéndose, si no lo manejamos bien y seleccionamos a alguien de la aldea, los jóvenes de la ciudad tendrán quejas, y pueden incluso causar problemas. Sin embargo, solo hay una cuota. Si no lo manejamos adecuadamente y nadie queda satisfecho, el Jefe del Pueblo Qi no podrá hacer su trabajo en el futuro —dijo He Tiantian, asintiendo con la cabeza.
