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—¡Qi Shuli simplemente no está a la altura!
—El Jefe del Pueblo Qi miró a Qi Shuli y preguntó —Si no fue alguien del pueblo, ¿entonces quién podría ser? Zhou Sihai me dijo directamente que era alguien de nuestro pueblo—¿tiene alguna razón para mentir y engañarnos?
—¡Ejem! ¡Ejem! —Qi Shuli se aclaró la garganta dos veces—. Esas personas fueron enviadas para reeducación laboral después de todo. Tal vez alguien de más arriba está buscando problemas, o quizás... quizás sean esos jóvenes de la ciudad...
—Qi Shuli había albergado resentimiento hacia esos arrogantes niños de la ciudad desde hacía tiempo, y ahora que había surgido la oportunidad de manchar su reputación, naturalmente no iba a dejarla pasar. Como era solo una sospecha y no requería pruebas, técnicamente, no estaba diciendo tonterías.
