—Tiantian, ¿puedo... puedo invitarte a venir y sentarte en nuestra casa? —preguntó Bai Qiongyu, mirando a su nieta que se parecía a ella, ansiosa de adornar a He Tiantian con las joyas familiares.
—Está bien —dijo He Tiantian, pensando durante un momento, luego asintió.
—¿Podrías... podrías llamarme 'abuela'? —preguntó Bai Qiongyu con cautela al ver que He Tiantian no la llamaba abuela.
—Ab... abuela —dijo He Tiantian algo tiesamente, sorprendiéndose y asintiendo.
—¡Ah, buena niña! —asintió Bai Qiongyu.
Bai Qiongyu abrazó fuertemente a He Tiantian, queriendo usar su abrazo para disipar la extrañeza y la torpeza entre ellas.
El cuerpo de He Tiantian estaba rígido, no acostumbrado al contacto físico con otros.
Quizás fue debido a la relación de sangre entre ellas, o tal vez el abrazo de Bai Qiongyu fue demasiado fuerte y cálido, pero He Tiantian también abrazó a Bai Qiongyu a cambio.