—El Rey Serpiente continuó con su cultivo y He Tiantian, temporalmente libre de preocupaciones, también se quedó dormida en paz.
—Materias tan complejas eran mejor dejarlas a los adultos como Qi Shuliang y Anna para que se encargasen. No les faltaban métodos ni mano de obra para responder, simplemente carecían de pistas exactas.
—Efectivamente, después de que Qi Shuliang se despertara de su sueño sobresaltado, el sudor goteando de su frente, no podía dejar de pensar en el paisaje onírico que acababa de experimentar. ¡Desde la infancia, había oído a menudo que los sueños eran lo contrario de la realidad y que no debían tomarse en serio! Pero, ¿por qué sentía que su sueño ahora había sido tan real como la propia vida?
—Qi Shuliang lo atribuyó al dicho, "En lo que uno piensa durante el día, sueña por la noche", y no lo tomó en serio. Convencido por Anna, volvió a dormirse.
—Sin embargo, tuvo el mismo sueño otra vez.
