Las palabras de Huo Yingjie una vez más captaron la atención de todos en la Familia Huo. Era tan impactante que el Viejo Maestro Huo y Huo Zheqian se quedaron atónitos.
—Yingjie, ¿estás... estás hablando en serio? —tartamudeó el Viejo Maestro Huo—. Incluso el experimentado Viejo Maestro Huo no podía mantener la compostura.
—Esta es mi especulación, pero es de gran significado. Ya sea que hayamos encontrado algunas pistas u obtenido otra evidencia, debemos ser cautos para evitar que esa persona vaya a los extremos en el último momento. Está bien —dijo Huo Yingjie—. Ahora era el momento en el que esas personas estaban en ascenso, y la estrategia final era esquivar sus aristas afiladas.
En lugar de enfrentar dificultades directamente y convertirse en el objetivo de la supresión de esas personas, era mejor mantener un perfil bajo y ocultar las propias capacidades, desempeñando un papel clave en el momento más crítico.
Huo Zheqian miró a su hijo atónito y le dio una patada, diciendo: