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Wang Shuilian detectó disgusto en el tono de He Tiantian, carente de cualquier afecto, y supuso que He Tiantian no sentía ningún cariño por su primo Qi Jianguo. Parecía que el afecto de Qi Jianguo no era correspondido.
Aunque Wang Shuilian estaba algo descontenta de que He Tiantian no apreciara a su excelente primo, como médica, no podía simplemente irse sin atender a su paciente.
—Jeje, solo bromeaba —dijo Wang Shuilian con una sonrisa—. Te ves pálida; debes tener deficiencia de qi y sangre. Ven, déjame tomarte el pulso y hacerte un examen.
He Tiantian extendió su brazo en la habitación de al lado y dijo cortésmente:
—Gracias por la molestia.
Ella no estaba bromeando en absoluto; se sentía débil por todo su cuerpo. Si pudiera levantarse en ese momento, definitivamente abofetearía a Qi Jianguo varias veces.
