—Querida yo,
Probablemente esta sea la última vez que tengas noticias de mí. Qué pena. Bueno, no tengo nada más que decir. Tú y yo... nunca estaremos mejor. Nunca mejoraremos. Siempre será así. Siempre estaré aquí dentro de ti, permaneciendo, esperando el momento de salir.
Pero no quiero salir.
He visto mi vida, y es mejor con solo una de nosotras en ella. Ahora que lo digo, suena un poco extraño, ¿no? De todas formas, te di una palmada en la espalda. Buen trabajo, yo. Felicitaciones por ser feliz, por esta segunda vida y por ser tú.
Prométeme que en esta vida, vivirás mucho tiempo lleno de recuerdos felices con todas las personas que importaron y aquellos que se preocuparon por ti. Escribo esto porque… ya sabes por qué. No quiero ser sentimental más. He tenido una buena vida, una vida de la que nunca me quejaría.
Atesórala.
Esta vida es algo por lo que rezaste. No olvides eso. Entonces, no la manejes mal.
