Ángel caminaba de un lado a otro en el pasillo, haciendo que el resto de los guardaespaldas en espera siguieran su movimiento con la mirada.
—Capitán, ¿puede dejar de caminar? Me estoy mareando un poco —dijo finalmente uno de los guardaespaldas cuando ya no podía soportarlo más.
Ángel miró a su colega, solo para ver que los demás compartían el mismo sentimiento. Un profundo suspiro se escapó de sus labios, y chasqueó la lengua. Observó la puerta del área privada donde estaba Penny.
—¿Cómo esperas que me calme? —dijo Ángel—. Tío Wild ya abordó su vuelo hacia aquí. Si la ve con esa lesión... se soltará el infierno.
Todos los guardaespaldas se quedaron sin palabras, recordando que Wild estaba en camino a Anteca. Se mudaría aquí para ayudar a Penny con la operación del Grupo Prime. Sin mencionar que estaría con Yugi. Con esos dos armando alboroto, intercambiaron miradas con Ángel y asintieron comprendiendo.