Penny no había conocido al esposo de Nina en su primera vida por una razón. Trató de evitar a Nina, sabiendo que solo se vería sometida a problemas que acentuarían cuánto mejor era Nina. Sin embargo, Penny recordó haber entrevisto a su esposo en un evento.
—Siempre he tenido su nombre en la punta de la lengua —susurró, cerrando los ojos mientras tomaba un profundo respiro—. Ah… ahora tengo miedo. Podría convertirme en alcohólica si sigo dejándola salir.
—He estado básicamente borracha todo el día —murmuró, rascándose la cabeza mientras le persistía el dolor de cabeza—. ¿Cómo más podría hacer que salga, de todos modos?
Penny tomó un profundo respiro y abrió los ojos de golpe, echando un vistazo a los papeles en el escritorio. Los recogió perezosamente, ordenándolos para dar por terminado el día.