Horas más tarde...
—Hey —llamó Hugo mientras Zoren estaba ocupado escribiendo en el escritorio—. Hey.
Zoren hizo una pausa y lentamente dirigió su mirada hacia el sofá donde Hugo estaba holgazaneando. Cuando sus ojos se encontraron, la esquina de la boca de Hugo tembló.
—¿Estás bien? —preguntó, solo para ver a Zoren suspirar—. ¿Qué pasó anoche?
Zoren tardó un momento antes de responder:
—Nada.
—No pregunté esta mañana porque no quería bombardearte con preguntas, pero, ¿le preguntaste anoche?
—Segundo Hermano, ¿realmente es tan importante para ti?
—Sí.
—Entonces, lo siento.
—¿Eh?
—No me está permitido decirlo.
Hugo abrió la boca pero luego la cerró de nuevo. Miró fijamente a Zoren, estudiando a su cuñado, antes de asentir.
—Bueno, supongo que es mejor que una mentira —se encogió de hombros, suspirando—. Probablemente nunca lo sabré, ¿eh?
'Probablemente' fue lo que Zoren quería decir en respuesta, pero se detuvo antes de expresar sus pensamientos en voz alta.
