Sería una mentira si Penny dijera que despertarse como un bebé no la sorprendió. Inicialmente creyó que había perdido la razón y que no era real. Le tomó años aceptar que esa era su realidad.
Si no fuera por la carta de Penny borracha, ella habría olvidado cómo era.
Penny borracha tenía mucho sentido. Desde su perspectiva, si se despertara a esta edad, habría mantenido los hábitos que adquirió mientras cumplía condena. En prisión, la consideraban loca. Así que, tener unos años como niña le dio mucho tiempo para reorganizar sus pensamientos en lugar de hacer cada pequeña locura que se le ocurriera.
Sin embargo, eso no significaba que pudiera ayudarse a sí misma. Penny sabía que no podía ayudarse a sí misma; al menos, no podía ayudar a Penny borracha. Después de todo, si pudiera ayudarse a sí misma, entonces este alter ego no habría existido en primer lugar.