La familia charlaba durante la cena tardía, compartiendo risas y hablando de historias aleatorias. Aunque algunas de las historias eran desconocidas para Penny, ella aún reía y disfrutaba su tiempo con ellos. Slater, por otro lado, finalmente se rindió. Vivía por la frase: si no puedes con ellos, únete a ellos. Así, se mezcló fácilmente con el ambiente.
—¡Aha! Penny, ¿te vas a quedar a dormir? —Slater aplaudió mientras los sirvientes limpiaban la mesa—. ¿Qué tal si vemos películas esta noche? Como en los viejos tiempos?
—¿Viejos tiempos? —Penny frunció el ceño, mirándolos con ligera sorpresa y desconcierto.
Allison soltó un suspiro superficial.
—Slater, estás de vacaciones, pero estoy segura de que tu hermana tiene trabajo mañana.
—Tu madre tiene razón, Slater —Charles asintió—. No seas demasiado codicioso. Ya es bonito que haya venido esta noche porque nos extraña.
