—Ahh… ¿por qué es tan aburrido aquí? —Penny estiró sus brazos y piernas, recostándose en la silla mientras lo hacía—. No soy así.
En su primera vida e incluso en esta, Penny siempre había sido diligente con su trabajo. La consistencia era algo que nunca dejaba de mantener. Sin embargo, hoy, por alguna razón, se sentía inusualmente perezosa y menos productiva.
—Aunque ya terminé la mitad de ellos... —murmuró, echando un vistazo a los archivos en el escritorio—. Supongo que es el entorno lo que me hace sentir así.
Esta era la primera vez que Penny estaba en esta casa sin Zoren. Su cuerpo estaba más acostumbrado a su presencia, especialmente en su hogar.
—También está demasiado silencioso, —susurró, cubriendo su rostro con las manos mientras miraba el monitor—. ¿Qué me pasa hoy?