—¡Hey! ¡Fuera del camino! —gritó Ángel a los hombres que custodiaban la puerta principal—. ¡Fuera del puto camino! ¡AYUDA!
Los hombres se giraron hacia Ángel, con los ojos como platos. Detrás de él estaba la pantera negra, Renny. Habían oído los disturbios, pero las órdenes que habían recibido eran asegurar la puerta principal mientras otros se ocupaban de la situación.
¡Esto no parecía estar controlado!
—¡Fuera del camino! —La voz de Ángel resonó de nuevo, haciendo que todos se apartaran a toda prisa. Ninguno se atrevió a participar en la pelea o ayudarlo.
Este era el problema de Ángel.
—¡Mierda! —maldijo Ángel entre dientes—. ¿Nadie toma la iniciativa?
Por despecho, Ángel se abrió paso entre el grupo. Como resultado, Renny también se les abalanzó.
—¡Ay!