Su tono era muy calmado, sin altibajos particulares.
Como de costumbre.
Pero a menudo podía golpear directamente el corazón, provocando una oleada de electricidad.
El calor del té con leche se transmitía a través del vaso de papel hasta la palma de su mano, calentando todo su cuerpo.
Fu Yunshen miró hacia abajo.
No esperaba que su 23° cumpleaños fuera así.
Pensó que pasaría en un torbellino, como había sido antes.
Pero esta vez era diferente.
Jiang Moyuan no pudo evitar dar un paso atrás.
Para él, nada tenía tanto impacto como las acciones y palabras de Ying Zijin.
Su corazón se retorcía incontrolablemente, esa sensación asfixiante que viene en espasmos.
—Jiang Moyuan, te estás haciendo viejo, recuerda comprar un seguro, cuídate —Fu Yunshen inclinó un poco la cabeza, sus ojos de flor de durazno se curvaban, aunque una frialdad emergía—. No pongas tus ojos en alguien fuera de tu alcance.
El Maserati se fue así, echando el escape sobre Jiang Moyuan.
