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Sus palabras eran casuales, con un dejo de risa en su voz, aparentemente sin ninguna amenaza.
Pero aun así transmitían la presión de la muerte.
Dijo que podía hacerlo.
Nie Yi se sobresaltó, siguiéndolo hacia afuera —Yunshen, tú…
No terminó su frase.
Fu Yunshen no tomó un coche; en cambio, sacó un casco azul oscuro, se lo puso y arrancó la motocicleta estacionada en la entrada.
Era una Suzuki GSX-R1000, capaz de alcanzar velocidades de hasta 289 km/h, más rápida que el coche promedio.
Especialmente porque también estaba equipada con discos flotantes dobles, lo que significaba una fuerte capacidad de frenado.
Nie Yi no llegó a decir otra palabra.
Con un sonido de "Vroom", la motocicleta ya estaba alejándose a gran velocidad.
En unos segundos, había desaparecido de la vista.
El ceño de Nie Yi se frunció mientras sacaba su teléfono y hacía una llamada.
Al otro lado del teléfono, el líder del escuadrón habló con tono serio —¿Jefe?