Fue a la Asociación de Calígrafos del País Hua solo una vez, ¿y se encontró con ellos?
—Señorita Xiu, ¿qué sucede? —preguntó confundido un empleado que estaba cerca mientras la veía detenerse.
—¿Conoces a ese anciano? ¿Quién es? —frunció ligeramente el ceño Xiu Yan y levantó la barbilla sin mostrar emoción.
—Lo siento, Señorita Xiu, no lo reconozco —siguió su mirada el empleado, dudó un momento y luego sacudió la cabeza.
En verdad no reconoció a Sheng Qingtang.
Sheng Qingtang había dejado la Asociación de Arte del País Hua hace cuatro años y la gente en la asociación había cambiado una y otra vez.
Sin mencionar a los empleados, incluso algunos de los nuevos miembros quizás no conocían a Sheng Qingtang.
Además, Sheng Qingtang anteriormente había llevado una vida tranquila, sin afición por hacer apariciones públicas.