El corazón de la Señora Mu finalmente se tranquilizó cuando vio a Mu Yuxi comenzar a escribir.
Ella en realidad estaba tomando un riesgo.
Si Mu Yuxi no firmaba, no tenía forma de obligarla.
En principio, la Señora Mu no había planeado negociar con Mu Yuxi, pero Mu Weifeng era demasiado orgulloso.
Prefiere morir de enfermedad antes que aceptar sus términos.
Pero Mu Yuxi era diferente.
Ella acababa de terminar sus exámenes de secundaria y entró en su primer año de preparatoria.
Una chica de apenas 16 años, no importa qué tan capaz, le falta madurez.
Y con Mu Weifeng siendo su propio hermano, estar aquí en este momento de vida o muerte era en sí mismo un testamento de la resistencia de Mu Yuxi.
La Señora Mu temía que al enfrentar una elección entre el poder y el afecto familiar, Mu Yuxi optaría por el primero.
Afortunadamente, ese no fue el caso.
La Señora Mu observaba fríamente desde un lado, ni siquiera ofreciendo a Mu Yuxi un asiento, solo presenciando cómo firmaba.