Ruo Xuan y Zhang Jie comían arroz inflado con caramelo mientras caminaban de la mano.
Xuanyuan Que, Zhang Qian y Zhang Lian, los tres niños, seguían detrás de los dos.
El tendero del Pabellón Bogu se quedaba un paso atrás de Xuanyuan Que, siguiendo detrás de los varios niños, protegiéndolos.
Ruo Xuan pensaba en el terreno baldío que había comprado fuera de la Puerta Este de la Ciudad y cómo había causado problemas para el Señor Magistrado del Condado, y dijo —Hermana Jie, el terreno baldío fuera de la Puerta Este de la Ciudad fue comprado por mí, ¿le causé problemas al Señor Magistrado del Condado?
Zhang Jie se sorprendió —¿Qué problemas? ¿Acaso no ayudaste a resolver un problema para mi papá al comprar el terreno baldío?
Zhang Jie, solo una niña de cinco o seis años, ¿qué sabía ella de los asuntos de su padre en el gobierno?
Sin embargo, parecía que su papá de alguna manera estaba tratando de alentar a la gente a comprar más terreno baldío para reclamarlo!
