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Residencia General
El mayordomo de la Residencia General regresó apresuradamente a caballo de la Familia Ruo, desaliñado al saltar del caballo, justo a tiempo para encontrarse con un grupo de personas persiguiendo y golpeando a un perro negro.
El perro negro, al ver al mayordomo de la Residencia General blandiendo un látigo de montar, pensó que iba a ser golpeado y se le lanzó, mordiéndole el muslo.
El mayordomo de la Residencia General, adolorido, azotó con el látigo, haciendo que el perro negro aullara y saliera disparado, ladrando "guau guau guau".
El mayordomo estaba aterrorizado, ¡podría haber contraído rabia por la mordedura de un perro loco!
Rápidamente se subió la pierna del pantalón para revisar y por suerte, su larga ropa interior era lo suficientemente gruesa como para que no hubiera roto la piel.
Hoy verdaderamente fue un día de completa desdicha, pues de regreso de la Familia Ruo, un gran árbol había caído repentinamente, casi alcanzándolo a él y a su caballo.