Cuando Gorrión asestó su golpe final al zombi detrás de él, se preparó para avanzar cuando un destello captó su atención: un brillante núcleo de cristal blanco incrustado dentro de la cabeza del zombi. —¡Ah! ¡Señorita! ¡Mira esto! ¡Hay un núcleo de cristal en este! —llamó emocionado.
La cabeza de Kisha giró en la dirección de la voz de Gorrión para verificar su afirmación. Efectivamente, había un cristal resplandeciente en sus manos, semejante a un vidrio roto. Su falta de forma hacía que pareciera simple escombro, adherido a la cabeza del zombi por alguna razón desconocida.
Kisha cortó al zombi frente a ella antes de correr hacia Gorrión, quien corría felizmente hacia ellas para mostrar los despojos de guerra. Y una vez que llegó al lado de Kisha, le pasó el núcleo de cristal con manos temblorosas. Estaba demasiado emocionado porque Kisha les había dicho que este núcleo de cristal era crucial para su avance.
