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De vuelta en el observatorio, Alix acababa de terminar su propia actuación y estaba siendo escoltada fuera del escenario por el coordinador.
Tan pronto como se alejaron de la vista de los demás, la coordinadora le entregó un sobre marrón sellado de tamaño medio. No tenía conocimiento de lo que había dentro, pero lo aceptó de todas formas.
—Felicitaciones, has pasado a la ronda final —le dijo la mujer.
—¡Eh! —reaccionó con sorpresa.
Miraba alrededor, preguntándose por qué el anuncio no había venido de los jueces. Todos los participantes habían sido escoltados en esta dirección después de tocar y todo este tiempo, Alix había asumido que había una puerta trasera por la que estaban siendo escoltados afuera.
Ahora entendió que en lugar de una puerta trasera, se les informaba en privado si habían calificado o no en persona y en privado. Probablemente era para evitar estallidos emocionales cuando otro jugador ya había comenzado a tocar.
