Dos horas después, la pintura estaba terminada y se dejó en la escuela para secarse. El Chairman Tai planeaba aparecer en dos días para almorzar con Alix y llevarla consigo. Le hizo prometer que no pintaría a nadie más, especialmente no al abuelo Tai antes de que su pintura se revelara al resto de la familia.
Después de despedirse de él con un abrazo que no fue incómodo en absoluto, Alix regresó a su oficina y empacó sus artículos personales.
Pasó primero por la oficina de Jin Kang y tocó la puerta.
—Me estoy yendo.
—¿Ya? —preguntó Jin Kang.
—Tengo una emergencia —respondió ella.
—¿Está todo bien? —Jin Kang le preguntó, tanto curioso como preocupado.
Ella asintió. —Nada que no pueda manejar.
—Voy a cenar con Zhang An. ¿Te unirás a nosotros o es cena con cariño como de costumbre?
—Cariño —respondió Alix. Incluso se encogió de hombros porque la respuesta era bastante obvia.
