Alix y Holea tomaron el mismo coche hacia el lugar del evento. Lo conducía el esposo de Holea y les acompañaba Mu Mu, la hija de Holea. Había pasado al menos un mes desde la última vez que había visto a la adorable niñita y Alix no dejaba de pellizcar y besar sus mejillas.
Mu Mu había dejado de disfrutar de esta atención no deseada después de diez minutos y entró en modo de enfado. Le envió a su madre una mirada suplicante, pero Holea no acudió en rescate de su hija.
—Tía páralo, me vas a hacer fea —se quejó.
Alix frotó la mejilla de Mu Mu con su nariz y se rió con una voz profunda, —Ja- ja- ja, nunca.
La cabeza de Mu Mu se inclinó y ella suspiró, algo que hizo reír a Alix en voz alta, esta vez. Mu Mu era como una pequeña adulta tan a menudo. Había heredado la mayor parte de la personalidad distante de Holea. A menudo, incluso regañaba a Alix y a Jin Kang por comportarse inapropiadamente.