Nadie pudo entender cómo el plan original de asientos de la abuela Zhang había sido desmantelado, pero Caishen terminó sentado al lado de Alix. A su otro lado estaba un complacido Tai Ho Sun y los dos abuelos, no muy contentos, estaban sentados frente a ellos.
Gracias a eso, todos estuvieron en silencio por un rato en la mesa, creando un ambiente un poco incómodo. El Chairman Tai, por su parte, miraba incrédulo a su hijo que tan descaradamente ocupaba una posición que él sabía muy bien que su abuelo deseaba.
No importaba cuánto le hiciera señas, sin embargo, Ho Sun actuaba como si estuviera ciego.
Se inclinó hacia abajo y le susurró a su esposa:
—Haz algo.
Mo Qilu, asintió con seriedad como si le hubieran dado una tarea para salvar el mundo. Miró a Alix y dijo:
—Bebé bonita, estas son tus otras tías, Li Aihuan y He Jingli.
