—Niño, ¿puedo hablar con tu madre? —le preguntó ella.
Zhi Yuewei se volvió aún más sospechoso. Después de la visita del hombre que decía ser su padre biológico, todos los extraños eran indeseables en su casa.
—Mi madre no está aquí —dijo él.
Intentó cerrar la puerta de inmediato después de decir eso, pero Alix no lo dejó. Sonrió y detuvo la puerta para que no se cerrara con solo una mano.
Zhi Yuewei ejerció tanta fuerza como pudo en su intento de cerrar la puerta, pero no se movió. Miró a Alix en shock, dudando de sí mismo y de ella al mismo tiempo. ¿Cómo podía ser ella tan anormalmente fuerte? A menos que él fuera el débil.
—Tu__, tú__ —balbuceó—. Voy a llamar a la policía —Giró la cabeza y gritó—. Madre, llama a la policía.