—Cariño —Alix de pronto dejó el menú y miró a su esposo—. Creo que deberíamos ir a comer a otro lugar. Leí sobre este restaurante que atiende cada sentido de forma sensual y lleva tu experiencia culinaria a otro nivel.
Caishen acababa de empezar a mirar otro menú y lo dejó con cuidado. Su mente juntó sus palabras y luego la miró con curiosidad.
—¿Entiendes a lo que te estás refiriendo?
Tuvo que decirlo claramente porque la palabra sensual era específica. A lo que ella se refería era una experiencia de gratificación sexual relacionada con la comida.
—Soy una mujer adulta, por supuesto que entiendo a lo que me refiero.
—Hmmm —él respondió.
Juntó sus manos y tocó lentamente sus dos pulgares uno contra el otro mientras la observaba. Su rostro tenía una chispa de esperanza y una valentía incuestionable.