—¡Ding! —El familiar sonido mecánico hizo ruido en su mente y Alix no podría haber sido más feliz de darle la bienvenida a su corto pero largamente esperado regreso.
—He vuelto —El elfo azul anunció.
Ella tocó ansiosamente la pantalla virtual, casi llorando lágrimas mientras lo hacía.
—Nunca he estado tan feliz de verte pitufo azul. No tienes idea de cuánto miedo tenía de no poder ver tu cuerpo regordete azul otra vez —dijo ella.
El elfo azul perdió su encantadora sonrisa rápidamente. No había extrañado a su tonto anfitrión ni un poco. Habían trabajado en esa cosa de los apodos, o eso pensaba.
—C-101, ¿qué pasó? ¿Qué era ese problema de bug? —preguntó Alix.
El ansia con la que necesitaba esa información en sus oídos a la máxima velocidad posible no debía subestimarse. Las manos de Alix ya se movían revisando cada aspecto del sistema y del juego.
Una de las primeras cosas que notó fue la adición de un panel de propiedades en la sección del juego.