Una semana entera pasó volando y justo como Yura había hablado con Alix, Xiaobo dejó los juzgados de Blossom por un tiempo. Aparte de los gatos y los pájaros, la casa estaba mayormente silenciosa.
En esta noche, acababa de terminar de bañarse después de su rutina habitual de gimnasio y una sesión de entrenamiento con uno de los instructores del gimnasio.
Alix era alguien que nunca había hecho ejercicio en su vida pero toda esta fuerza y velocidad extra le daban mucha energía. Quién hubiera pensado que disfrutaría tanto hacer ejercicio. Caishen había tenido razón sobre su fuerza porque arruinó al menos seis sacos de boxeo antes de aprender a controlar su fuerza.
Estaba secándose el cabello con una toalla cuando notó a Caishen mirando una fotografía. Había estado haciendo eso todas las noches antes de acostarse últimamente.
Tomaba la fotografía y la miraba con ojos pensativos antes de acostarse. No estaba durmiendo bien por culpa de eso.