—Vamos a ver, el paladín consiguió una bestia charko y el enano consiguió un zorro de nueve colas —respondió.
Antes de que pudiera preguntar al sistema qué era una bestia charko, soltó una carcajada sobre lo que en su opinión era mala suerte para el enano. De todas las bestias que pudo obtener, consiguió un zorro de nueve colas.
En cada juego que había jugado, su mayor poder era la seducción y la hipnosis.
No podía imaginarse al enano masculino pestañeando y seduciendo a otros jugadores.
Quizás hubiera sido mejor si el paladín obtuviera el zorro.
—Cualquiera puede ser cualquier cosa en el mundo de los juegos —le dijo el sistema.
—Bueno, eso es cierto —ella respondió.
Pero aún así lo encontraba bastante caprichoso y digno de risa.
La batalla por los avatares de bestias mágicas pronto terminó y todos los jugadores se fueron. Solo quedaban ella y los PNJ que vivían cerca del pabellón.