Al salir del restaurante, se toparon con una persona inesperada, alguien que Alix odiaba ver muchísimo, su exnovio Wei Tao.
Él estaba entrando con un pequeño grupo de amigos y se detuvo cuando sus ojos se encontraron con los de ella.
—Xi Xi —la llamó él, suavemente y con una sonrisa en su rostro.
Como si no se diera cuenta de la presencia de su esposo ni del niño que sostenía la mano izquierda de ella, extendió la mano para intentar abrazarla.
Alix inclinó casualmente todo su cuerpo para evitar sus manos y lo pateó en la pierna derecha.
—Asqueroso —dijo ella con desdén.
¿Cómo podía intentar abrazarla como si no hubiera pasado tiempo alguno desde que la dejó como si fuera basura? Actuaba como si estuvieran en buenos términos.
—Xi Xi —repitió él su nombre en un tono extrañamente coqueto.
Esto hizo que Alix tuviera ganas de vomitar.
Alix miró hacia abajo, a Caishen, y le dijo con una sonrisa encantadora:
—Cariño, vámonos.