Esa noche, un exhausto Caishen estaba más que listo para cerrar los ojos y dormirse. Sin embargo, tenía un problema, y era la mujer que dormía a su lado.
Alix lo miraba fijamente, con los ojos brillantes y esperanzados, esperando a que él dijera que sí a su petición.
La solicitud era para que asistieran juntos a un evento benéfico.
Caishen no había asistido a ninguna reunión social desde su accidente. Las invitaciones llegaban pero todas eran rechazadas. No estaba seguro de querer ir a esta tampoco. Tenía en la punta de la lengua decir que no, pero esa maldita mirada brillante en sus ojos lo retenía.
—Mmm, cariño Zhang, es por una buena causa —insistió, y lo pinchó en el brazo.
Como si eso no fuera suficiente, se deslizó más cerca de su lado de la cama y puso su mano en su estómago.
—Lin Alix —la llamó por su nombre entre dientes apretados.
—Sí cariño —ella respondió coquetamente.
—Quita tu brazo —le dijo él.