—Ahora que Wang Yue había cambiado oficialmente su nombre a Zhang Xian, no estaba legalmente casado con Nana —comentó Mo Qilu—. Según la información que recibió de Caishen, Nana estaba casada con Wang Yue, no con Zhang Xian.
—Por supuesto, si el asunto llegaba a los tribunales, podría verse de manera diferente —suspiró Mo Qilu—. Aparentemente, los problemas legales relacionados con el asunto eran un poco más complicados.
—En este momento, tal como estaban las cosas, Nana era técnicamente una amante hasta que Zhang Xian decidiera casarse con ella y darle un estatus legal con su nueva identidad —continuó reflexionando Mo Qilu—. ¿Qué estarían pensando los ancianos Zhang? Igual Zhang Xian, ¿qué pasaba por su mente? ¿Cómo podían vivir bajo un mismo techo con una amante? ¿Acaso amaban ciegamente a su hijo tanto que estaban desechando las tradiciones de su familia? Estaban dispuestos a ignorar la incomodidad de sus nietos y arriesgarse a los rumores.
