La mente de Alix llegó a la realización de que la abuela Zhang realmente no había dicho nada y ella había sacado sus propias conclusiones apresuradamente.
—Nada —negó rápidamente. Su voz era aguda y chillona.
Para él era fácil darse cuenta de que ella estaba mintiendo, pero decidió no insistir. Conociendo a su abuela, probablemente estaba relacionado con el estado de su relación. Entonces, tomó un desvío y pasó a otra cosa.
—¿Te asusto?
La puerta se deslizó abierta y una mujer con uniforme de chef entró. Fue seguida por Mo Sen, quien la observaba cada movimiento como un halcón.
Mientras tanto, Alix estaba bastante perpleja por la pregunta que le habían hecho y no tenía reparos en decirlo.
—No estoy segura de entender. ¿De qué manera podrías asustarme?
Caishen golpeó lentamente la mesa con el dedo medio de su mano derecha. Sus labios permanecieron sellados y la observó con una expresión inescrutable. Esto hizo que Alix se preguntara si tal vez se había perdido de algo.
