Wei Qingwan sonrió dulcemente.
Wei Ruo preguntó a Wei Qingwan sin expresión alguna —¿No habías confesado amor por el Príncipe Qi tan sólido como el oro? ¿Por qué estás tan contenta de convertirte ahora en concubina del sexto príncipe? ¿Acaso ese amor no te importa tanto?
—Querida hermana, ¿cuándo he confesado yo tal afecto por el Príncipe Qi? No deberías dañar mi reputación diciendo tales cosas. Los rumores ajenos no son más que conjeturas infundadas de personas malintencionadas. Como mi hermana, no deberías creer en esos rumores de manera impulsiva. Aunque tengamos disputas entre nosotras, es inapropiado decir tales cosas —respondió Wei Qingwan.
Wei Ruo dibujó una sonrisa —¿Has mentido tanto que has empezado a creer tus propias mentiras?
Wei Qingwan respondió —Estás equivocada al decir eso. Todo el mundo dice que tu compromiso con la Familia Xiu fue cancelado. ¿Sugieres que yo debería seguir tus pasos y esparcir eso?