—Joven Maestro, ¿deberíamos informar a las autoridades? —preguntó nerviosamente el asistente a Wei Yichen.
A juzgar por la situación, se teme que una desgracia le haya ocurrido a la segunda Señorita.
—No. Dile a todos los que salieron de la mansión a buscar que la segunda Señorita ha sido encontrada. Se retrasó en un desvío a la casa de un amigo, así que pueden dejar de buscar y volver a casa a descansar. Luego tú lleva a los guardias fieles al servicio de la familia y sígueme —ordenó apresuradamente Wei Yichen.
Aunque estaba preocupado, Wei Yichen aún pensaba claramente. Si informaba a las autoridades en este momento, incluso si su hermana pudiera ser salvada, su reputación se vería dañada.
Por lo tanto, no solo no podía informar a los oficiales, sino que tampoco podía levantar alboroto.
Debe manejar este asunto con cuidado, no solo rescatando a su hermana sino también protegiendo su reputación tanto como sea posible.