—¿No debería madre consultarme sobre este asunto? —dijo Wei Ruo.
—No te estoy consultando, pero quiero que hagas algo por tu hermano mayor —dijo la señora Yun de manera decisiva.
—Quieres decir, ¿quieres que pague el alquiler de la casa de mi hermano mayor en la ciudad provincial? —Wei Ruo esbozó una leve sonrisa.
—Sí —dijo la señora Yun—. No tienes que sentirte engañado, tus abuelos te han dado muchos regalos, tu hermano mayor te ha tratado bien y esta familia también te ha apoyado. Deberías contribuir al menos con algo para este hogar.
—Luego, la señora Yun añadió —No te pediría dinero si no nos faltaran ahorros. Te prometo que cuando los beneficios de la granja y la tienda lleguen este año, te devolveré este dinero.
—Esta vez la señora Yun fue tanto cortés como sincera.
—Wei Ruo pensó por un momento y dijo —Prestaré el dinero, pero con una condición.