Wei Yichen también lo probó, sintiendo el rico aroma del vino y considerándolo, de hecho, un vino de primera calidad.
Incluso Lu Yuhong, que había bebido una buena cantidad de licores blancos, no pudo evitar exclamar —Este licor blanco es comparable a cualquiera que haya probado en la Ciudad Capital. El dueño de la Residencia Zuixian realmente sabe lo que hace.
Lu Yuhong era un hombre viajado y conocedor. Si incluso él elogiaba este licor blanco, entonces definitivamente no era un error.
Al escuchar la apreciación de todos por el vino, Xiu Fengyuan prontamente ordenó más al camarero —Tráiganos unas cuantas ollas más de este licor blanco. Deseamos disfrutarlo de todo corazón.
El camarero se veía apenado —Lo siento, joven maestro Xiu, esta es la última olla que tenemos de este licor, no queda ni una gota más.
—¿Cuál es el asunto? ¿Por qué hay solo una olla de un licor tan exquisito? —preguntó Xiu Fengyuan.
