Wei Ruo entendió inmediatamente a lo que se refería la Señora Xiu —Señora, quédese tranquila, todavía tengo algo de Jarabe de Níspero. Haré que mi criada les lleve un par de frascos.
La Señora Xiu rápidamente la detuvo —Srta. Wei, me siento avergonzada incluso de aceptar un frasco de usted, ¿cómo puedo pedir más sin coste alguno? ¿Qué le parece si los compro? Usted ponga el precio.
La Señora Xiu no era una persona sin vergüenza, no quería aprovecharse de Wei Ruo. Especialmente porque su esposo necesitaría seguir tomando este Jarabe de Níspero a largo plazo. No sería apropiado seguir pidiendo más cada vez, incluso ella, siendo una mujer mayor, no haría tal cosa.
Wei Ruo sonrió ligeramente —No será necesario.
No es que no quisiera el dinero, pero ahora ella era Wei Ruo, no Xu Heyou.
Especialmente en presencia de la Señora Yun, si ella pusiera un precio ahora, sería inapropiado.
