—¿Quién eres? —preguntó Wan Sifan sosteniendo firmemente la placa de ocho trigramas y mirando a You Xiaocheng tras un largo silencio.
—Soy solo un mensajero —respondió You Xiaocheng con calma.
—Wangye, es hora de que regreses —dijo después de un momento de silencio.
Ahora que consiguió lo que quería, Wan Sifan no se quedó más tiempo. Se dio la vuelta y se fue.
—Wangye, si quieres conseguir lo que deseas, debes poner fin a tu venganza. Todo está interconectado, y lo que haces hoy te perjudicará mañana —dijo You Xiaocheng de repente justo después de que Wan Sifan diera unos pasos.
Al escuchar esto, Wan Sifan hizo una pausa por un segundo antes de alejarse.
—¿Qué quieres hacer? ¿Realmente quieres apostar todo por Yan Junwang? —preguntó en voz baja You Xiaocheng mirando al cielo y frunciendo el ceño ligeramente.
El viento frío sopló y se llevó sus palabras. Pronto, You Xiaocheng escuchó una voz desamparada llevada por el viento:
