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—Vamos —dijo Gu Jiao.
—Joven Dama, ¿a dónde quiere ir? —preguntó Mayordomo Liu, sentado en el asiento exterior del carruaje.
—Salón Médico —respondió Gu Jiao.
Pasó más de medio mes, y ese joven, Gu Chenglin, aún no había sido dado de alta. ¡Gu Jiao tenía la intención de echarlo del hospital!
La actitud del Mayordomo Liu hacia Gu Jiao cambió dramáticamente. Gu Jiao no interrogó por qué, pero no fue difícil adivinar por el comportamiento de Xiao Liulang que este "hijo ilegítimo" ya había conocido al Marqués de Xuanping.
Además, el Marqués no mostró mucho desdén hacia él, de lo contrario Mayordomo Liu no habría cambiado su actitud tan rápidamente.
Sin prisa, el carruaje paseaba por la avenida.
Gu Jiao admiraba curiosamente las escenas a lo largo del camino.
Nunca había estado en esta área antes; se sentía bastante fresco.
Mientras estaba absorta en las vistas, el Mayordomo Liu de repente sonrió y dijo:
—Joven Dama, ¿cómo conoció al joven maestro?
