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—La cuchilla de Madam Ling no había mostrado misericordia —Gu Chengfeng, volviendo en sí, la apartó rápidamente.
—Gu Chenglin cayó en un charco de sangre, con los ojos grandes de dolor —mirando fijamente a Madam Ling, quien sonreía victoriosa al colapsar en el suelo.
—¡Todos la habían perjudicado! ¡Cada uno de ellos la había perjudicado! ¡Entonces ella los arruinaría a todos! —Los dos ancianos apreciaban a su querido nieto, Gu Chenglin, así que ella lo mataría.
—Y Gu Chenglin, quien más la amaba, justo como su madre —Esta puñalada, debe haber dolido terriblemente a Gu Chenglin, ¿verdad?
—¿Realmente pensaste que me gustabas? ¿Si no fuera por quedarme en la Residencia del Marqués, siquiera te miraría? Ja ja ja... ja ja ja ja... —Madam Ling comenzó a reír histéricamente.
—Un viento racheado sopló afuera —levantando todas las cortinas vaporosas, y su risa resonó como el lamento de una banshee.
