—¿Qué está diciendo? ¿Un pulso de alegría? —se sorprendió la Señora Gu al mirar al médico de la casa.
—Sí, Dama, ¡es realmente el pulso de alegría! —respondió el médico de la casa.
—¿Está seguro de que no lo diagnosticó mal? —dijo la Señora Gu.
—Aunque mis habilidades médicas no son excelentes, ¡ciertamente no puedo equivocarme con el pulso de alegría! Felicidades, Dama, ¡está a punto de tener otro precioso nieto! —sonrió el médico de la casa.
Una expresión de desconcierto cruzó la cara de la Señora Gu.
Nunca había esperado que a su edad, tendría otro nieto, especialmente de la Señora Ling, a quien había dado medicina para la esterilidad.
¿Podría ser que... la medicina para la esterilidad fue ineficaz?
El médico sí mencionó en aquel entonces que los efectos de esta medicina variaban de persona a persona. Algunos se volverían infértiles de por vida, mientras que muy pocos podrían concebir unos años después.
Bueno, si es ineficaz, que así sea.