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Al escuchar que era la última habitación disponible, ambos se llevaron una sorpresa.
El mesero los miró con confusión —¿De qué están dudando ustedes dos? No es por presumir, pero con el Año Nuevo acercándose, todas las posadas van muy bien. Con la inesperada gran caída de nieve de hoy, muchos comerciantes de fuera de la ciudad han quedado varados en nuestro pueblo. ¡Si siguen siendo quisquillosos, no encontrarán un lugar donde alojarse!
Habían entendido que las habitaciones escaseaban durante su viaje, pero... esto parecía algo inapropiado.
Una pizca de conflicto emergió en las cejas de Xiao Liulang.
En cuanto a Gu Jiao... Ella no se sentía en conflicto en absoluto. Eran una pareja legalmente casada, ¿cuál era el gran problema de compartir una cama? Además, no era ella la que quería dormir con él. Simplemente no había más habitaciones, ¿verdad?
