Shen Mianmian evitó el tema y sacó una tirita de su mochila para pegársela, todo el tiempo preguntando con curiosidad.
—En pleno verano, ¿por qué de repente pensaste en arreglar la ventana? —Las ventanas de su casa eran de madera, y una de las tablas había estado pudriéndose durante más de medio año. Shen Jianhua nunca había planeado arreglarla, pero ahora que el clima se había calentado, necesitaban mantener las ventanas abiertas de noche para dormir. Sin embargo, él había decidido de repente arreglar la ventana, lo cual era bastante extraño de verdad.
—Yo... La ventana estaba rota, y me preocupaba que tu madre y Zhou Siyu estuvieran inseguras en casa. La última vez que volví, escuché a tu mamá mencionar que algunos alborotadores habían puesto su ojo en Siyu. Ustedes dos ya son chicas grandes ahora, deberían tener más cuidado —La mirada de Shen Jianhua se apartó, sin atreverse a encontrarse con los ojos de Shen Mianmian.
