Este hombre no era otro que He Nan, quien acababa de ayudar a Shen Mianmian ayer.
Ayer, He Nan la había ayudado mucho e incluso le había dado un abrigo militar, por lo que era justo y apropiado que ella tomara la iniciativa de saludarlo.
—Hermano Mayor He —dijo Shen Mianmian mientras trotaba unos pasos y se detenía a un paso del hombre.
—Mm —respondió He Nan con indiferencia, poniéndose derecho para mirarla.
Envuelta en el abrigo militar, su complexión sí parecía más rosada que ayer; parecía que ya no tenía frío.
—¿Tío Zhao no está en casa de nuevo? —preguntó Shen Mianmian, pensando que él estaba esperando a Zhao Xianlai. En la Aldea de la Familia Zhao, Zhao Xianlai era el único que podría tener algo que ver con él.
—Estoy esperándote a ti —declaró He Nan claramente, explicando la razón por la que estaba esperando aquí.
Shen Mianmian se sobresaltó ligeramente.
—¿Esperándome a mí? —dijo con sorpresa.