Si mencionaba a la ligera los asuntos de su vida pasada a Xiu Min, es probable que nadie le creyera, e incluso podrían pensar que estaba mentalmente enferma o que los estaba maldiciendo.
Después de todo, la familia Xu actualmente era una de felicidad y satisfacción.
Olvidémoslo, esos eventos todavía estaban a unos años de distancia. Preocuparse por ellos ahora era simplemente buscarse problemas a sí misma.
—¿En qué estás pensando? Estás muy absorta. —Lu Siyuan se acercó a Shen Mianmian, levantó la mano y le dio un golpecito en la parte de atrás de la cabeza. La chica parecía estar sumida en sus pensamientos. Él la había llamado varias veces, pero ella no había respondido, casi saliéndose al camino.
Volviendo a la realidad, Shen Mianmian lo fulminó con la mirada.
—Prueba a darme otro golpecito la próxima vez, y verás lo que pasa. Ningún respeto por mayores y jóvenes. —Lu Siyuan aceptó sin pensarlo dos veces.
