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Song Yunuan echó un vistazo por la ventana, luego volvió su mirada y dijo —El Sr. Ji debería llegar pronto; tratar la enfermedad es crucial. No deberíamos estar compitiendo en una guerra de palabras; hablemos con hechos.
Lin Qing resopló fríamente y preguntó —¿Cómo podemos hablar con hechos? No puedo cuestionar a mi propia hermana, ¿y quién más se atrevería a preguntar? ¿Te atreverías tú?
Incluso sin este asunto, ¿qué pasa si su marido o pareja se enteran y la semilla de la duda es sembrada, cómo podrían continuar con sus vidas?
Song Yunuan:
—¿Por qué mi padre debe soportar una acusación infundada? ¿Por qué no deberíamos preguntar? No solo deberíamos preguntar, sino que deberíamos celebrar una reunión pública para hacerlo. Lin Qing, ¿te atreverías a traer a Wang Dazhi y enfrentar a mi padre directamente?
Antes de que Lin Qing pudiera responder, Song Yunuan se burló —No te atreverías porque parece que tú y Wang Dazhi habéis llegado a algún tipo de acuerdo tácito.
