—Lew Yuan gritó enojado:
—Lin Xuezhu, ¿soy acaso un monstruo de inundación, soy un dios de la peste? ¿Por qué no se pueden vender los libros que traigo a Song Ting? ¿Somos enemigos de clase, o tenemos un odio arraigado?
—Admito, una vez me gustó Song Ting, pero después de que me rechazó, no tuve otras intenciones.
—Hoy, vine a verte con la intención de mostrarte el recibo de la bufanda, pero me encontré con Song Ting. Supe de las cosas repugnantes que has estado haciendo recientemente. Quise disculparme con Song Ting, pero ni siquiera me reconoció. Tuve que preguntarle dónde estabas, y dijo que estabas en la sala de ensayos. —hizo una pausa— Fue solo un roce, y luego te lanzaste sobre mí, humillándome sin discernir entre el bien y el mal...
—Parecía que Lew Yuan estaba listo para quitarse la máscara, su voz llevaba un frío: