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Lin Qing no se despertó en medio de la noche; en cambio, no había dormido en absoluto.
Estaba esperando a que Azhong regresara de manejar algunos asuntos.
Azhong fue enviado desde el extranjero por su abuelo el mes pasado, junto con otras dos personas.
Debían asistirla a ella y a su hermana.
No había tenido contacto con su hermana durante dos meses, y nunca pensó que cuando se encontraran de nuevo, casi serían separadas por la muerte.
Los ojos de Lin Qing estaban llenos de odio.
Odio hacia ese hombre que claramente tenía la capacidad, pero descuidaba a sus dos hijas.
Si no fuera por él, ¿cómo podría su hermana haber terminado en esta situación?
En aquel entonces, su hermana claramente no tenía que ir al campo, pero fue esa mujer quien la expulsó.
Ahora viven en la casa de su madre, gastando el dinero de su madre, actuando como si tuvieran derecho.
¿Cómo puede haber gente tan sinvergüenza en este mundo?
Lin Qing apretó los puños con fuerza.
